
Volvió a la vida. Y habló. Le disparó al balompié actual por ser "cada vez más físico", aunque eso no será más un problema que la incumba. Miguel García, ex jugador del Salamanca, estuvo 25 segundos muerto a raíz del infarto sufrido el 24 de octubre en el partido ante el Betis. Pero tuvo la suerte de tener otra oportunidad; lejos de los balones y cualquier otro deporte.
Consciente del trágico suceso que vivió, Miguel García dijo en la rueda de prensa que intentará "asimilar" el golpe para comenzar a vivir otra vez. Y su viejas máximas se transformaron: "El fútbol no lo es todo, lo importante es vivir", lanzó el centrocampista nacido en Albacete.
Preguntas sin respuestas. "Todo apunta a que el corazón no soportó un esfuerzo que hice durante el partido y ésa fue la causa. No me han podido decir realmente el motivo porque todo estaba bien, fue un lance del partido, que el cuerpo no soportó y eso hizo que la arteria se cerrara", cerró un Miguel García que debe abandonar el fútbol.